Les Diablerets (Suiza) |
Origen:
Montreux (Suiza)
Destino:
Gruyères (Suiza)
Recorrido:
aprox. 100 km
Suiza
es el país más montañoso de Europa. Así que no es raro que empecemos nuestra
selección de rutas alpinas por el país helvético. No es una ruta complicada, y
menos teniendo en cuenta la calidad de las carreteras suizas y la paciencia –
en general – de sus conductores. Por ello, puede servir de “bautizo alpino” a
aquellos conductores que no hayan recorrido muchas rutas de montaña.
De
hecho, nuestro recorrido empieza en un lago. En concreto, en el lago Léman, el
más extenso del país. En su orilla suiza baña ciudades tan representativas como
Ginebra, Lausana, Vevey (la cuna de Nestlé) o Montreux. Y su orilla francesa,
más tranquila, no es menos bonita.
A orillas del lago Léman |
Partiremos de la ciudad de Montreux por la carretera nacional 11 (atención, las carreteras nacionales suizas están señaladas en azul, las autopistas en verde), y tras atravesar el bonito pueblo de Ormont-Dessous tomaremos la denominada Route du Pillon hacia el que será nuestro próximo destino: Les Diablerets. En menos de 40 kilómetros habremos ascendido más de 1000 metros. Será entonces cuando lleguemos a Les Diablerets, uno de los parajes más conocidos en el mundo del esquí y de los deportes de aventura. Este paraje recibe su nombre (literalmente, “los diablillos”) de la leyenda de que su pico más alto era morada del diablo y los demás picos, también escarpados, eran “diablillos”.
Sin
ser una ruta complicada, tened siempre en cuenta que ascendemos más de 1000
metros y que el tiempo en la montaña es cambiante. No os extrañéis si os digo
que esta foto fue tomada un día de mayo…
Desde
allí, los poco más de 20 km que faltan hasta llegar a Gstaad son para
disfrutar, admirar el paisaje y no tener mucha prisa. En esos pocos kilómetros
habremos pasado de hablar francés (cantón de Vaud) a hablar alemán (cantón de
Berna). Y cuando lleguemos a Gstaad estaremos llegando también a uno de los
centros alpinos (junto con Sankt Moritz, por ejemplo) con más glamour, donde
pasan sus días de invierno numerosos personajes de la jet-set. Merece la pena
daros una vuelta por el pueblo, impresionantemente bien cuidado y con un gran
número de hoteles, algunos de ellos de gran lujo. Si el presupuesto lo permite,
un buen lugar para pasar la noche es el HUUS Hotel Gstaad, un impresionante
hotel alpino con unas vistas dignas de Heidi.
![]() |
Gstaad, glamour entre montañas |
Avanzando
un poco más, volveremos a encontrarnos con la carretera nacional 11, que seguiremos
en dirección Rougemont (izquierda). Si giramos a la derecha, la carretera nos
llevará (también por parajes fantásticos) hacia el lago Thun y la ciudad-balneario
de Interlaken. Pero eso lo dejamos para otro momento, de momento giramos hacia
la izquierda y avanzamos por la carretera nacional 11 hasta su cruce, pocos
kilómetros más allá, con la 9 (Route de Gruyères).
En
aproximadamente una hora atravesaremos un territorio boscoso que separa los
cantones de Vaud y Friburgo y, aunque viajemos por un valle, a cada lado
tendremos unas vistas maravillosas de las paredes verticales que forman las
montañas. Todo esto hasta que lleguemos a Gruyères, un pueblecito de ensueño
conocido, cómo no, por su queso, y que recibe un gran número de visitantes ávidos
de probar el plato suizo por excelencia: la fondue.
El queso, protagonista en Gruyères |
Dos
recomendaciones: la primera, para probar la fondue, el restaurante “Le Chalet de Gruyères”; la segunda, que no terminéis vuestra ruta aquí. Suiza tiene mucho,
mucho más que ofreceros…
Espero
que te haya gustado el paseo, ¡te espero en el próximo post!
Buen
viaje y… ¡No te Olvides el Pijama!
No hay comentarios